martes, 5 de octubre de 2010

un reflejo

Sos irreverente como el sol,
calentando las mejillas hasta dejarlas moradas.
Sos un grito estallando, permanente,
aturdiendo mis oídos y mis historias.

Sos reclamo desmedido, demasiado,
creyendo que en mi mano está la solución.
Sos una manera distinta de relacionarnos,
aunque encontré el punto donde detenerte.

Así,
pequeño,
que eras tan pequeño,
y que dejaste huellas en el camino.
Así, mi cielo,
aunque te mueras de vergüenza,
ando pensándote estos días,
donde nos vemos y no,
pero ya no sabemos de olvidos.
Así, adolescente,
con tus dardos brutales,
y tu cariño mezquino
sos tantas maneras de verte,
que como verme,
un reflejo...

jueves, 30 de septiembre de 2010

anexo - Abonizio & Guayasamín

Azul, el cordón de vida;
los higos, si están maduros;
los jazmines de los libros
y la lengua del bromuro.
Y explico que soy azul,
cianótico de cansancio,
cuando escribo en el papel
azul del enamorado.
(Adrián Abonizio).


miércoles, 29 de septiembre de 2010

si usted

Si Usted quiere
me desnudo.
Si Usted quiere
le revelo
mis precarias intenciones.

Si Usted quiere,
en canciones,
le dejo un camino,
un encuentro,
un reflejo.

Si Usted quiere,
me duermo.
Si Usted quiere,
me desvelo.

Usted quiere...
¿y yo qué hago con Usted?

martes, 28 de septiembre de 2010

texto de manos enlazadas

He bajado un río
de tormenta brava
de barrosa noche.

He dejado mi mano,
y la suya enlazada a la mia,
me ha enroscado,
intimidante,
lejana,
de a tiempos mudos,
o sonoras canciones de agua.

Suena,
eco,
de un próximo oeste,
en saltos temerosos de río.
¿y quienes serán los perfectos desconocidos
que ya se convocan a su lecho, ausentes?

anexo - Neruda & Klimt

Yo desperté y a veces emigran y huyen
pájaros que dormían en tu alma.
(Pablo Neruda).

lunes, 27 de septiembre de 2010

ella se transforma - imagen


















Luna en cuarto creciente en Escorpio.
Ella se transforma.

ella se transforma

Ella que me invadió,
que me tomó los ojos por asalto,
ella que caminaba en la cornisa
de amor y desencuentro vago,
que se trepo a mis días,
fue muchas de ellas, en ella misma,
transformándose en distancia.

Ella que no se explica,
que estalla irracional,
que me dio vida, o me hundió el puñal,
que cuando sangraba
insistió en llegar a mi corazón,
arrancarlo y beberlo,
y que luego se cansó de la sangre,
como yo me cansé de los costos.

Ella se transforma,
ella no es la misma,
todas ellas, en ella misma,
circulan en un limbo de recuerdos,
y ya no son la misma.

Este alivio,
esta mochila,
este descanso,
este menor pesar.
Ella se transforma,
y se corre del cielo compartido.
Ella se transforma,
yo me corro,
yo me salvo,
de ella.

Solo restan algunas canciones y textos,
que fueron escritos en cinco,
y que ya son solo eso, canciones y textos,
que no son de ella, ni de ellas.
Ella se transforma,
entonces ella me alivia.

domingo, 26 de septiembre de 2010

nada (de tu boca y vos)

Nada me puede salvar
de tu desnudez violenta que arrasa,
agua le pide a mi sed, de tu boca y vos,
de tu piel mojada.
nada me puede salvar, nada.

Nada registra el olor
de tanta humedad rasgando las sábanas,
solo transpira mi piel de tu boca y vos
cuando se abalanza
como un recuerdo fatal, nada.

Nada te va a llevar
a la mañana siguiente a volver.
Nada ya te habla de mi
¿o acaso que queda? ¿Nada?

Nada me puede matar
tan solo tu aliento que vas desgarrada,
solo si tuvieras sed de tu boca y vos
sería una trampa.
voy pensando en traicionar, nada.

Nada me puede aliviar
pretendo treparme hasta tu garganta,
como un infierno tenaz de tu boca y vos
y el cielo en mi almohada;
aunque me quería salvar, nada.

Nada sigue siendo tu estar
como detenida en medio de nada.
Y ese silencio cruel con ruido
a dos cuerpos que van en la nada.

Y este milagro que fue
mejor tentación
matando la nada, matando la nada.

(a las primeras impresiones de tu cuerpo...
canción, Agosto 2005)

sábado, 25 de septiembre de 2010

el retoque a mi propia letra

Me es propia la antigüedad de los espejos,
como ajena la humedad que no resiste aliento.
Me es tenue el despertar en sábanas de seda,
prefiero el lino que me marca y hunde la piel,
como quimeras de una noche que se oculta.

Todo lo que nos rodeaba era cálido
como ese verano que nos enfría.
Y ella creó el mundo en seis días;
que al séptimo, de tan cansada, salió a emborracharse.

Como una soledad que no es estado,
sino estado de sitio para la almas,
que no es lugar, que no es elección,
que es un estar,
un permanente maquillaje que imprimen los huesos.

Comenzó a llegar el amor, como camino,
y su eterno séptimo día de borrachera,
decidió olvidarse de otras drogas
por abrirse el pecho
y guardar las sensaciones.

Me abracé a los textos que conservo,
me llevé el lápiz a escondidas,
y di retoques a mi propia letra,
para decirme hoy, que no es lo mismo,
lo que transformé pasado por los años.

Compré un block de papeles de colores,
le fui dejando notitas, cada día, en su puerta.
Y le tipié verdades,
por no soportar verla llorar,
por reprimir el llanto propio,
porque ya es tarde para esta vida,
que asoma sin su primavera.

Nunca respondió a mis llamados,
solo preguntó:
¿qué estás mirando en mis manos?

viernes, 24 de septiembre de 2010

la poción

No me dejes morir,
está fría la calle
y no puedo seguir.

No te olvides de mi
que tras la ventana
un llanto de fin.

Ver actuar, para actuar,
no me mientas.

Un amor,
una poción,
un amor, una poción.

Un llanto dió fin.

(canción, 1994)

jueves, 23 de septiembre de 2010

tratado de guerra

Ni lo sueñe:
estamos perdidos en medio de la guerra.
No busque las excusas,
no hay lugar a treguas.
Atrévase, cobarde, y fálteme el respeto:
haga de su cama mi trinchera.
Olvide diplomacias,
descargo sobre usted mi cargamento;
que no hay banderas blancas,
ni tratados de paz, ni más palabras.
Muérdame el costado,
yo morderé sus piernas.
Decláreme el amor,
declárame la guerra.

(un invierno de 1999)

martes, 21 de septiembre de 2010

texto a mitad del día

Hace días, pensando, trepando estéril el pasamanos,
como juegos de niños,
con las barbas crecidas,
y ya los niños, no uno, sino a cuestas,
me encuentro con vos...

Me miro en los ojos
que miran en mi en esa pantalla,
en la foto en blanco y negro,
y encuentro la ingenuidad,
madura e insolente,
crecida y deslumbrante,
bebida y con recelo...

Pero sigo viendo en el fondo de tus pupilas
esa niña de juegos, y este niño torpe,
esos patios de invierno,
de guardapolvos marrones
oscurecidos por el tiempo,
que hoy se iluminan, si a mi "buen día"
hallo y encuentro tu respuesta.

Luces de tiempo transcurrido
y algo que me atrae inevitable,
confundido, más torpe, inquieto.

Años a cuestas (como los niños)
y aún sin vernos
recorro el túnel, como tejiendo rondas,
elijo canciones,
esgrimo invitaciones,
coloco un poco de todo aquello
en el altar cotidiano, que me imagino nuestro o compartido...

Y te saludo
con la misma timidez que cada día insisto,
a ver si llegue
de mi hacia vos,
de vos hacia mi,
un día más
donde transcurra la vida
en pocas palabras, y a mitad del día.

(hace unos meses, 2010, 
a un grato encuentro inesperado)

lunes, 20 de septiembre de 2010

texto de palabras

¿Quién está buscando en las palabras, aquello que el cuerpo aún no puede manifestar? Asistir a la fiesta de estar vivo, tomarlo como una emoción permanente, ser tan drástico como la felicidad lo permita, asomarme a la cornisa donde camino con el vértigo que me llena.

No busco, no encuentro, ni me encuentra. Solo transcurro, osado, por los caminos de un cuadro de Berni, por el ir y venir de una canción italiana, por la lejana mirada de una parisina empobrecida hasta la gloria, por las imágenes dolorosas de la Frida de sus huesos y sus pies.

Si he atado un corset a este texto, es porque el cuerpo no lo está conteniendo.
Es este texto de palabras, abrumadoras, que no quieren aún manifestarse.

sábado, 18 de septiembre de 2010

arritmia de hoy

arritmia de una noche,
arritmia de advertencias,
arritmia de las horas
que juegan en tiempo de descuento,
arritmia desmedida,
fatal,
nítida...

cuando se acelera el universo,
el corazón toma arritmias,
de aromas que imagina,
prontos,
en su orilla.

viernes, 17 de septiembre de 2010

texto sobre su mano

cuando siento
que la distancia lo impide
de todas maneras Ella toma mi mano...

sobre su mano, sobre su tercera persona,
sobre los silencios que incomodan mientras arropan,
sobre nanas de cielo, sobre canciones que vuelan,
sobre advertencias, sobre permisos de asaltos,
sobre renglones de belleza...

aunque quisiera,
no podría replegarme...

texto previo

si me vas a buscar,
si la noche nos regala continuidad,
si no hay vuelta atrás,
si no hay espejos,
si el cuello está dispuesto,
si se cierra el círculo,
si estabas descalza...

es tan pronto, es tan necesario,
como urgente,
que me quiera quedar en tu noche.

Vos, sola, completa,
para buscarme y perderme,
para dejarme aquí,
definitivamente,
y previo...

jueves, 16 de septiembre de 2010

texto sobre palabras que se lleva el viento

Esta mañana resume cansancio. Nuevamente llega Ella a visitarme en la nocturnidad y no me alivia el descanso, sino que lo desordena. Sus tímidas maneras de jugar a lo propuesto, no hacen que baje la guardia ante la palabra, afirmando que a las palabras se las lleva el viento...

Si entendiera que se trata de un mundo donde la palabra no tiene peso, o el valor necesario, y uno debe estampar una firma, o un tatuaje, o una marca, para poder acusar recibo de lo ocurrido. ¿Pero cuanto de violencia encierran esas maneras? ¿Cómo buscar palabras que tengan el suficente peso de si mismas para que no las arrastre el viento?

También sucede que los poetas de melodías suelen asaltarme, rezando a mi oído texturas, que pongo de antesala a la tormenta que se despliega, que se prepara, que revuelve la hojarazca de un otoño en retirada, de una primavera entrante. Ellos son mis cómplices, ellos se sientan en el Central Park, redactan sus ambisiosas historias, me prestan sus borradores y maquetas, ironisan mi historia en aquello que con presición de arquitecto ya ha sido puesto en versos, que en talleres de luthiers se ha musicalizado.

Tal vez Ella tenga razón, y a las palabras se las lleva el viento. Tal vez ella entienda, que una canción puede ser más que todas aquellas palabras que no encuentro, y que su gesto, es generoso, sincero, y no vuela de este estadío, que el ventarrón no las arrastra... Estando aquí, de pié, algunas más y otras menos, salvando las distancias de la vida, aproximando desconfianzas, trepándose a lo complejo.

Así, una a una, van llegando a tu vida, pretendiendo inundar tus oídos, de todo aquello compartido, y que no se lleva el viento, de lo que no hay retroceso.

miércoles, 15 de septiembre de 2010

una parte de ella

Hoy vi su foto
en un muro ajeno,
y una parte de ella
durmiendo en mi cama.

Hoy vi el solsticio,
toda su magia,
y me invadió su risa.


Te recuerdo pequeña,
me remito a vos...
y te llevo en el alma.

algunas arritmias de vida

No hay sol. Es un quince nublado y cerrado, mientras el sueño se quedó descansando en mi cama, mientras salí a buscarte. Viajante exhausto entre la soledad de lo oscuro, y la masividad de la calle. Algunas arritamias de vida me asaltan, me enojan, me juegan trampas al oído. Aunque sabiendo que no era casual el absurdo, o la consciente manera de ponerlo en palabras.

Un tipo se preguntó todas las posibles preguntas acerca del por qué un espacio como este. Lo contó con diálogos circunstanciales entre amigos, pero se atrevió a escribirlo, a ponerle nombre.

También estuvo "Ella" mostrándome un camino, una manera de decir, que no necesariamente fuera literaria, pero que hablara secuaz de autobiografiarse. "Aunque no todo es tan lineal, no deja de ser autobiográfico", se me representó en el esperanto fracasado.

La escritura terapéutica esta de moda, y los decidores de verdades citan a Annelies Marie Frank como ejemplo, y la trajedia rondando los usos de la escritura, como 33 mineros en Chile; ante tanta desolación, prefiero la arritmia de vida.

Con ella puedo salir al patio, aunque el día este así, nublado... y transcribir relatos, poco más o poco menos articulados, de aquellas sensaciones que aún retumban, que aún renacen, que aún están -o que siempre están-, aunque se vayan generosas de mi vida. Dejándome en este sitio, pienso en todas ellas, desde aquella primera imagen, y escribo para mi, sin permisos ni autorizaciones.

texto tímido

Tímido,
errante, nuevamente,
tal vez feliz.
Como buscando agua entre las piedras.

Tímido,
arrojado, y conservador,
cuidadoso,
de cada palabra, para que no se confunda.

Tímido,
osado, y sonrojado,
como indiscreto,
queriendo hallar que hay en las líneas de tu mano.

Tímido,
seducido, y en retirada,
como un fantasma.
Busco confundirme, y apenas lo logras, pero lo haces.

Tímido,
de luz, opacado,
sin excusas válidas.
Llegando a golpear tu puerta, por si fuera el día.

Este texto tímido,
no sabe de mi, sino que apenas me esboza.
No sabe de vos, si solo tu voz es un eco mentiroso en mi oído,
y tu figura una imagen distante, luminosa, estática.
Esta manera desesperada, pero quieta,
esta manera desolada, pero en juegos,
de llegar, o de jugar a llegarte,
aunque sea apenas
a la punta de tus pies...
para saber, si como imagino,
hueles a lavanda y rosas tímidas...
como estoy yo,
tímido.